Conducen por la izquierda, toman té a todas horas, tienen «ese humor tan peculiar»… Si estás planeando emigrar a Londres o a otra ciudad británica, debes estar preparado para digerir «el shock cultural«, y es que entre nuestra España y guirilandia hay muchas más diferencias que similitudes (de hecho la lista podría ser interminable).Veamos algunas de las más significativas:

1. Una hora menos (no para los canarios): Probablemente esta es una de las cosas que ya sabías, pero para los despistados: atrasad vuestro reloj una hora en cuanto piséis territorio británico. Esto os ayudará a adaptaros a los horarios locales (ver punto 8).

2. Se conduce por la izquierda: Seguramente también lo sabías. O quizás estés pensando que, con lo bien que funciona el transporte público en ciudades como Londres, no tienes intención alguna de conducir. Pero si sales a la calle (y supongo que en algún momento lo harás) tendrás que cambiar el chip y mirar al lado contrario que  en España cuando quieras cruzar de acera si no quieres que un autobús de color rojo te haga picadillo. En muchos lugares incluso hay indicaciones  escritas en la calzada («Look left, look right») para los peatones extranjeros o despistados.

3. Los enchufes tienen tres clavijas: Al igual que en otros países, los enchufes son de tipo G y en España los tenemos de tipo C y F. Necesitarás hacerte con un adaptador para conectar tus aparatos electrónicos. Para emergencias, también puedes utilizar nuestro truco.

4. «Sorry, sorry y más sorry»: Sólo necesitas salir una tarde a la calle para darte cuenta de esta gran diferencia cultural con respecto a España. En guirilandia se disculpan por todo, dan las gracias por todo y son corteses hasta el infinito y más allá. Es más, quedarás como un auténtico maleducado si al bajar del autobús no agradeces el paseo al conductor, o si al pasar a una tienda no das los buenos días a la asistente.

5. No podrás pagar en euros: Sí, esta es otra de las cosas que ya sabías, pero siempre queda algún despistado que se olvida de pedir las libras en el banco con antelación. (Excepto en algunas oficinas de las grandes ciudades, las oficinas bancarias suelen tardar una semana aproximadamente en conseguirlas, dependiendo de la cantidad que solicites, claro está).

6. A diferencia de lo que te han contado, cualquier hora es buena para el té: Y no sólo las cinco de la tarde. Se toma té para desayunar, para comer, merendar, cenar, recenar… Si hay algo que caracteriza una casa británica es la Kettle (hervidor de agua) siempre encendida y preparada para una tacita de té. Si te lo ofrecen, trata de aceptarlo: les harás tremendamente felices. 🙂

7. Sandalias para combatir las heladas:  Esta es una de las cosas que nunca lograré entender. En los bares y discotecas verás a las mujeres de punta en blanco, con sus lentejuelas, sus vestidos de calurosas noches de verano, sus camisetas de tirantes…y ¡hasta sandalias! Por mucho que lo intentes, si no tienes sangre guiri en tus venas, no lograrás hacer esto sin que tus dientes rechinen de la tiritera y tu cara adopte un aspecto de lo menos favorecedor. Quédate con tus cinco capas y tu bufanda de lana gorda. Ya lucirás palmito cuando regreses a España.

8. Las tiendas cierran a las cinco o seis de la tarde: Los horarios son una locura para los españoles.  Comer a las 12 del mediodía, cenar a las 6 o 7 de la tarde… salir de fiesta y que a las dos te echen de las discotecas… Sin duda, se puede decir que comienzas a integrarte en la sociedad guiri cuando logras seguir «a tu manera» estos horarios.

9. Un grifo para el agua fría, otro para el agua caliente: Parece una tontería, pero no lo es. O te hielas, o te abrasas la mano. Incluso puedes probar a poner una mano debajo  del grifo frío, y otra del caliente. Buscarás mil maneras de hacerlo pero nunca entenderás el por qué. En Gran Bretaña encontrarás pocos lavabos en los que puedas graduar la temperatura del agua. Esperemos que el invento no tarde en llegar.

10. Moqueta «everywhere»: Hay gente que las adora y gente que las odia. Las «carpets» (moquetas) están por todos lados. En muchas casas las tienen hasta en el baño (algo que no parece muy higiénico si tu compañero de piso tiene problemas de puntería). Lo cierto es que la broma te obliga a vivir pegado a las ruidosas aspiradoras, y por mucho que la pases, siempre pensarás que tu moqueta no está limpia.

11. NUNCA saludes con dos besos: Si lo haces, (sobretodo si eres mujer y lo haces con un hombre) estarás enviando señales erróneas (¿O no?). Da igual que los veas bailando en calzoncillos sobre una barra. En cualquier caso, el contacto físico con desconocidos les intimida -y mucho-. Ellos siempre te saludarán dándote la mano.

12. La puntualidad es una característica muy valorada en cualquier ámbito: A diferencia que en España, nuestros guiris acostumbran a planearlo casi todo con antelación, y cinco minutos de retraso supondrá una grave falta de respeto. En una entrevista de trabajo, incluso puede provocar que tu entrevistador rechace conocerte. Un consejo: ¡adelanta 5 minutos tu reloj!.

 13. 150 libras al año por ver la televisión: Si quieres vivir en una ciudad británica y te apetece tener una televisión entre tus electrodomésticos, tendrás que abonar la «TV licence», una cuota que ronda las 150 libras anuales y que te otorga el legítimo derecho de poder encender la televisión. Si no la pagas, la multa puede ascender a unos 1000 euros. ¡Y nosotros que nos quedábamos en casa embobados con la tele por aquello de ahorrar!

14. Usan sus propias medidas: Los grados en Fahrenheit en lugar de la clásica escala Celsius, las distancias en pies, millas o yardas y el peso en onzas y libras. Lo bueno es que, a diferencia de los americanos, en Gran Bretaña por lo general se les puede hablar de metros y kilos y te comprenderán.

15. La basura se recoge una vez por semana: En algunos pueblos pequeños, incluso puede ser cada dos semanas. A diferencia que en España, en los hogares británicos suele haber un patio trasero (o delantero) donde se guardan tres cubos de basura: uno para el «waste» (residuos en general), otro para papel y plásticos y un tercero para el vidrio. Los cubos se sacan a la calle por la tarde-noche el día asignado para la recogida, y se vuelve a dejar en el jardín a la mañana siguiente.

Alba García