Esta semana os voy a hablar de un pequeño rincón del Reino Unido del que probablemente no hayáis oído: Piel Island. A muchos de vosotros, ni os sonará el nombre, pero existe y lo hace perteneciendo al condado de Cumbria, a un kilómetro de la península de Furness. Es una de las islas de Furness al norte de Inglaterra.
Muchos creen que Piel Island es una joya, un diamante en bruto. Es una isla tan extremadamente pequeña, algo menos de un kilómetro cuadrado, que es sorprendentemente increíble que tenga… ¡un rey! No sólo eso, también cuenta con tres factores más que hacen que la islita sea toda una curiosidad. Estos elementos son: el castillo, una pequeña cantina que además ofrece habitaciones y un espectáculo natural cuando la marea sube y baja.
Si decides visitarla, podrás encontrar las impresionantes ruinas del castillo que data del siglo XIV. Un castillo bastante bien conservado del que se pueden apreciar sus torres y sus murallas, la interior y la exterior. El castillo fue construido para prevenir Barrow-in-Furness, que es el pueblo ubicado en península de Furness, de piratas.
Sólo dos personas son las afortunadas de poder vivir en este lugar, donde tradiciones tan extrañas como la coronación del rey de la isla se llevan a cabo. Lo de “extraña” es por la forma en que se hace (véase imagen). En dichas coronaciones, y como buen reino, hay algo que nunca puede fallar: una buena silla de madera de roble en la que el rey posa sus posaderas para ser coronado.
En la actualidad, la isla es únicamente accesible en ferry. Otra curiosidad es que Piel Island está unida a la isla de Walney a través de un pequeño camino que desaparece cuando la marea está alta, y que es transitable, eso sí muy rápida y cuidadosamente, cuando la misma baja.
Así que ya sabéis, si os pica la curiosidad, tenéis tiempo y queréis descubrir un poco más de este país, no olvidéis pasaros por esta pequeña isla, en la que además, podréis acampar con vuestras tiendas de campaña.
Este post es obra original de María Mora