Es una mezcla de sensaciones entre miedo y emoción que sientes cuando decides irte a vivir a otro país.
¿Miedo? porque te vas a un país que no es el tuyo, con un idioma que no es el tuyo, tus amigos y familia seguirán haciendo sus vidas en tu país mientras tú ya no estarás ahí para compartir esos momentos. Pero bueno, siempre te quedarán las redes sociales para seguir en contacto a pesar de estar a cientos de kilómetros.
¿Emoción? Es otro país, otra cultura, nuevas caras, nuevos amigos, es la novedad, nuevas sensaciones y nuevos retos, una vida totalmente diferente. Algo que ni tú te imaginas, algo que está más allá de tus expectativas, algo no predecible.
Hacer las últimas compras, estar seguro de que todo está en regla (DNI, tarjeta sanitaria europea, billete de ida sin vuelta, información útil encontrada en internet, dirección de tu nuevo alojamiento y de la escuela de inglés, billete de autobús para llegar a la ciudad, móvil libre para poder utilizarlo en el extranjero, cargamento de comida típica de tu país,…), despedirte de todos tus amigos y familia con un “hasta pronto, no sé cuándo volveré, desearme suerte” y que te contesten con un, “¡haber si te vas a echar un novio/novia inglés y te quedas ahí para siempre!», acabar y cerrar (como puedas) una maleta llena de “por si acaso…” y pensar, ¿compensa dejarlo todo e irse a vivir al extranjero, a lo loco, a la aventura? Entonces la sensación de miedo e incertidumbre vuelve a tu cabeza… pero claro, el billete ya está comprado así que no te queda más remedio que hacer de tripas corazón, dejar los miedos y las vergüenzas en tu país natal y coger el vuelo dirección Inglaterra.
Han pasado 3 meses ya desde que tuve esa extraña sensación, y no ha pasado ni un solo día que no me arrepienta de haber comprado ese barato billete de avión sin regreso.
He tenido la oportunidad de conocer personas de diferentes países y compartir risas, sueños, emociones, fiestas, felicidad, momentos únicos e irrepetibles a pesar de no hablar el mismo idioma, ¿es curioso verdad? ¡A mí me parece algo único!
He conocido lugares increíbles, típicos lugares que no acabas de conocer si tan solo vas de visita unos días en tus vacaciones de verano.
¿Lo que más me gusta? Es el no saber qué va a pasar, cada día sucede algo nuevo, algo que me sorprende, no tengo esa típica rutina que conseguí tener en España durante años, la cual resultaba monótona y aburrida y eso hacía que mis emociones siempre fueran las mismas.
Pensando en la pregunta sin respuesta que se me venía a la cabeza una y otra vez el día que decidí marcharme, ¿compensa dejarlo todo e irse a vivir al extranjero? Sí, por supuesto que sí, es una experiencia única e inolvidable, una sensación que no se puede comprar, algo que tienes que vivir para entender.