La ciudad de Londres esconde rincones que son de visita obligada. Uno de los más fascinantes a la vez que curiosos es el Kyoto Garden. Un jardín con un toque exótico y oriental situado en el corazón del Holland Park, un trozo de Japón en Londres. Se encuentra situado muy cerca del “Palacio de Kensington” y en una de las zonas más ricas de la ciudad. La parada de metro más cercana para llegar hasta él es como el propio nombre del jardín indica: Holland Park.
El jardín fue construido durante 1991 e inaugurado un año después como conmemoración de la buena relación entre Japón y Gran Bretaña, y para celebrar el festival de Japón en Londres. Diseñado por Shoji Nakahara, está compuesto por un pequeño lago artificial en el que puedes ver grandes peces de colores típicos del país japonés. El lago lo podrás cruzar por encima de la pasarela desde donde te será más fácil ver los peces, que son impactantes si no los has visto antes. El lago junto con una pequeña catarata forman las delicias del parque. La fusión del ruido del agua y el ruido que hacen los animales que habitan el jardín es perfecta para que este sea un lugar para disfrutar de la tranquilidad, un lugar donde leer, caminar o simplemente observar.
En una de las orillas del lago y en los alrededores del mismo puedes observar pequeñas construcciones que nos dan pinceladas de lo que es Japón. Además, la zona está habitada por unos pavos reales muy simpáticos que se dejan fotografiar, eso sí, guardando siempre las distancias.
Visitar este precioso jardín durante el verano puede ser un poco agobiante, ya que por su singularidad, en los últimos años ha tenido mucha repercusión a nivel turístico. Así que durante los meses de junio, agosto y septiembre puedes encontrarte bastante gente. Mi recomendación es visitarlo durante los meses de otoño porque debido al colorido de sus árboles es cuando más bonito está, pero visitarlo en invierno también te dejará disfrutar de la tranquilidad que le caracteriza.
Un consejo es que no sólo os centréis en visitar el Kyoto Garden, si el tiempo os lo permite dejaos llevar entre los largos caminos de Holland Park, que suelen estar menos transcurridos pero no por ello son menos fascinantes.
Este post es obra original de María Mora